Historia de la Quimica inorganica

Hasta la primera mitad del siglo XIX, se pensaba que los compuestos orgánicos solo podían ser sintetizados por los seres vivos, se consideraba el caso del etanol y el ácido acético que se habían obtenido de la fermentación de jugos de frutas o de granos, de la quinina; que se había aislado de la corteza del árbol de la quina, la cual se utilizaba para curar el paludismo; de la urea que se había obtenido de la orina de los mamíferos, etc. Esta idea era sostenida por la Teoría Vitalista. Propuesta por el químico sueco Jacobo Berzelius en 1809, quien indicaba que solo los seres vivos pueden producir estos compuestos ya que poseen la llamada “fuerza vital”. De esta manera, se concluía que en laboratorio no se podía sintetizar un compuesto orgánico.
                    
Jacobo Berzelius (1779-1848)                                       

Este debate fue revolucionado cuando Friedrich Wöhler, un químico alemán que había sido discípulo de Berzelius descubrió accidentalmente en 1828 cómo se podía sintetizar la urea (carbodiamida, (NH2)2CO) a partir de cianato de amonio (NH4CNO), mostrando que la materia orgánica podía crearse a partir de compuestos inorgánicos (sin fuerza vital).

A través de los años los hallazgos   mas importantes acabaron con la doctrina idealista sobre la fuerza vital, y fue un paso a la era de la química orgánica moderna, en donde la mayoría de los compuestos orgánicos es sintetizada artificialmente. Actualmente, se puede producir una gran variedad de compuestos orgánicos, desde sencillos hasta complejos, que pertenecen a diferentes funciones orgánicas, como alcoholes, cetonas, nitrilos, etc.

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